En una votación que marca un cambio significativo en la postura diplomática de Washington, Estados Unidos se distanció de sus aliados europeos al rechazar una resolución de la ONU que exigía el retiro inmediato de las tropas rusas de Ucrania. Esta decisión, que se produjo en el marco de la Asamblea General de las Naciones Unidas, evidencia la creciente tensión entre la administración estadounidense y las potencias europeas respecto al conflicto en Europa del Este.

Una Postura Inesperada
La resolución, presentada por Ucrania con el respaldo de varias naciones europeas, denunciaba la agresión de Moscú y pedía el retiro de las fuerzas rusas. Sin embargo, Estados Unidos votó en contra junto con Rusia, generando sorpresa y preocupación entre sus aliados.

Además, Washington optó por abstenerse en la votación de su propia propuesta, luego de que una enmienda impulsada por Francia y respaldada por otros países europeos dejara explícita la responsabilidad de Rusia en la invasión. Esta postura contrastó con el respaldo que históricamente EE.UU. había brindado a Ucrania en foros internacionales.

La votación ocurrió en un momento clave, mientras el presidente estadounidense se reunía con su homólogo francés en Washington, lo que subraya las diferencias emergentes dentro de la alianza transatlántica sobre la estrategia a seguir frente a Rusia.

Un Revés en la ONU
Las resoluciones de la Asamblea General de la ONU no tienen carácter vinculante, pero suponen un indicador del consenso global. En este contexto, la decisión de Estados Unidos de no respaldar directamente la resolución ucraniana se percibe como un revés para la unidad occidental frente a Rusia.

Más tarde, en el Consejo de Seguridad de la ONU, Washington impulsó su propia propuesta, que evitaba mencionar la agresión rusa y se enfocaba en la necesidad de poner fin al conflicto. Esta moción obtuvo 10 votos a favor, ninguna oposición y cinco abstenciones.

Reacciones y Tensiones Diplomáticas
La postura de la Casa Blanca también refleja la creciente fricción entre Estados Unidos y Ucrania. Recientemente, el presidente estadounidense ha hecho declaraciones que han generado controversia, al calificar a Volodymyr Zelenskyy como un “dictador” y sugerir que la guerra fue iniciada por Kiev. Estas afirmaciones fueron rechazadas por Zelenskyy, quien acusó a su homólogo de estar influenciado por la propaganda rusa.

En la Asamblea General, la resolución ucraniana obtuvo 93 votos a favor, 18 en contra y 65 abstenciones, lo que representa una disminución en el apoyo internacional a Kiev en comparación con resoluciones previas, donde más de 140 países condenaron la agresión rusa.

El debate se intensificó cuando Francia propuso enmiendas a la propuesta estadounidense para reconocer explícitamente la invasión rusa como la causa del conflicto. Estas modificaciones fueron aprobadas, reafirmando el compromiso de la ONU con la soberanía y la integridad territorial de Ucrania.

Por su parte, Rusia intentó introducir una enmienda alternativa que instaba a abordar las “causas fundamentales” de la guerra, en un esfuerzo por desviar la atención de su papel en la invasión.

Un Futuro Incierto
Las recientes votaciones en la ONU reflejan un cambio en la dinámica diplomática global y subrayan las crecientes diferencias dentro de la alianza occidental. Mientras Ucrania sigue presionando por un apoyo incondicional contra Rusia, la postura más matizada de Estados Unidos sugiere que Washington podría estar reevaluando su enfoque en la guerra, lo que deja abiertas muchas preguntas sobre el futuro de la relación transatlántica.

United states breaks from allies at the un amid Ukraine war tensions

In a vote signaling a significant shift in Washington’s diplomatic stance, the United States distanced itself from its European allies by rejecting a UN resolution demanding the immediate withdrawal of Russian troops from Ukraine. This decision, made during a United Nations General Assembly session, highlights growing tensions between the U.S. administration and European powers regarding the conflict in Eastern Europe.

An Unexpected Position
The resolution, introduced by Ukraine with European backing, condemned Moscow’s aggression and called for the withdrawal of Russian forces. However, the U.S. voted against it, aligning itself with Russia, a move that surprised and concerned its allies.

Additionally, Washington abstained from voting on its own proposal after a French-led amendment—supported by other European nations—explicitly stated Russia’s responsibility for the invasion. This stance marked a sharp contrast to the strong support the U.S. had previously offered Ukraine in international forums.

The vote took place at a critical moment, as the U.S. president was hosting his French counterpart in Washington, underscoring the emerging differences within the transatlantic alliance regarding strategy toward Russia.

A Setback at the UN
UN General Assembly resolutions are not legally binding but serve as an indicator of global consensus. In this context, the U.S. decision to withhold direct support from Ukraine’s resolution is seen as a setback for Western unity against Russia.

Later, in the UN Security Council, Washington pushed its own proposal, which avoided mentioning Russian aggression and instead focused on the need to end the conflict. This motion received 10 votes in favor, none against, and five abstentions.

Diplomatic Tensions and Reactions
The White House’s stance also reflects growing friction between the United States and Ukraine. Recently, the U.S. president made controversial remarks, calling Volodymyr Zelenskyy a “dictator” and suggesting that Kyiv was responsible for starting the war. Zelenskyy dismissed these claims, accusing the U.S. leader of being influenced by Russian propaganda.

At the General Assembly, Ukraine’s resolution garnered 93 votes in favor, 18 against, and 65 abstentions—signaling a drop in international support for Kyiv compared to previous resolutions, where more than 140 nations had condemned Russian aggression.

Debate intensified when France proposed amendments to the U.S. resolution to explicitly acknowledge Russia’s invasion as the root cause of the war. These changes were approved, reaffirming the UN’s commitment to Ukraine’s sovereignty and territorial integrity.

Meanwhile, Russia attempted to introduce an alternative amendment calling for an examination of the war’s “root causes”—a move widely seen as an attempt to deflect responsibility for its invasion.

An Uncertain Future
The recent UN votes illustrate a shift in global diplomatic dynamics and highlight increasing divisions within the Western alliance. As Ukraine continues to push for unconditional support against Russia, the United States’ more nuanced position suggests that Washington may be reassessing its approach to the war—leaving many questions open about the future of transatlantic relations.